EL GRAN DANÉS

John Mikkelsen Lauridsen, nació un 02 de abril de 1959 en la pequeña población de Greostedbro, en la región del Jutland, fronteriza con Alemania. Sus padres, electricista él y propietaria de una tienda de lámparas ella, que junto a los dos hermanos de John, pasaron una infancia tranquila y a la vez feliz, en este pueblo de apenas dos mil habitantes. El futbol en su Dinamarca natal, nunca fue su prioridad, ya que el danés anteponía sus estudios a cualquier otra cosa, pero lo cierto es que si que era su pasión, de hecho el danés en más de una ocasión cuando estaba en clase perdía su vista por la ventana contemplando el campo de futbol anexo al colegio, por lo que se ganaba más de una bronca de la profesora que le advertía que debía de prestar más atención a sus estudios, que al fin y al cabo gracias a ellos se podría ganar bien la vida, que equivocada estaba aquella buena mujer.

John cuando tenía sólo 2 años

Su carrera futbolística empezó a destacar en el Esbjerg, que por aquel entonces era el vigente campeón de la liga danesa, con tan solo 20 años. John, combinaba el fútbol, con su trabajo como vendedor de material deportivo en una tienda en Esbjerg. De hecho, trabajaba de lunes a viernes 8 horas diarias y los sábados 4 horas. Por lo que sólo entrenaba tres veces a la semana con su equipo y estaba libre los domingos para poder jugar los partidos con el Esbjerg.

John cuando militaba en el Esbjerg

Estas buenas actuaciones con el cuadro danés, le permitió que el seleccionador Sepp Piontek le convocara por primera vez el 12 de agosto de 1981, en el amistoso disputado en la localidad finlandesa de Tampere, donde Lauridsen brilló con luz propia al marcar uno de los dos goles que posibilitó la victoria danesa por 1 a 2. El once de la dinamita roja fue el siguiente: Kjaer, Eigenbrod, Madsen, Røntved, Bertelsen, A. Hansen (Manicche ’60), Lauridsen (S. Hansen), Olsen, Rasmussen (Schaffer ’80), Lundkvist, Nielsen (Thychosen ’70).

 

Lauridsen el primero agachado por la izquierda con su selección

SU ROCAMBOLESCA LLEGADA AL ESPANYOL

En el cuadro danés, sus buenas actuaciones aún pasaban desapercibidas, de hecho el representante belga, exjugador de Barcelona y Real Madrid, Fernando Goywaerts conoció al gran danés de casualidad como el propio belga reconoció: «Fui a ver a Jens Bertelsen. El capitán de la selección danesa, treinta veces internacional, que jugaba en el mismo equipo que Lauridsen. Pero muy pronto dejé de fijarme en Bertelsen porque John realizó un partido espléndido. Llamaba la atención por su forma de revolverse con el balón, sus cualidades físicas, su inteligencia y dinamismo. Poco después, el secretario técnico del Sevilla, Ángel del Castillo, me pidió un centrocampista y fuimos los dos a verlo. A él también le gustó particularmente. Hubo conversaciones con el Sevilla y a punto estuvo de fichar, pero resultó que su novia y actual esposa, Hanne, no podía desplazarse con él, porque le quedaba un año para completar los estudios. Ya ve, las mujeres muchas veces tuercen el rumbo de la historia… Poco tiempo después fue Maguregui quien me pidió un medio organizador. Yo hacia poco que había llevado a Custers al Espanyol y los contactos eran recientes. Esta vez el fichaje llegó a buen término porque Lauridsen les convenció… y eso que llevaba un mes y medio sin competición«.

Pero como el propio Lauridsen reconoció en su día, el Sevilla no fue el único equipo que pudo impedir el gran idilio entre él y el Espanyol, sino que en el mes de diciembre de 1981, cuando aún no se había producido el interés blanquiazul, fue el Ipswich Town de Bobby Robson, vigente campeón de la UEFA por aquel entonces, quien le propuso fichar. Lauridsen ya tenía los billetes para viajar en barco a las islas británicas, pero una “afortunada” tormenta de nieve impidió la salida del danés a las islas. El día siguiente, Goywaerts contactó con John, para comentarle la oferta espanyolista y el danés no se lo pensó dos veces, además, su novia Hanne, ya había acabado sus estudios con la ventaja que ella adoraba España, al pasar frecuentemente sus vacaciones en este país, ya que sus padres tenían un apartamento en Málaga.

Por lo que respecta al Espanyol, las cosas no pintaban muy bien, las lesiones y los problemas entre Maguregui contra el mundo, hacían que las aguas espanyolistas bajaran turbias. Antes de iniciarse la temporada 1981-1982, durante la gira que efectuó el Espanyol por Suramérica, comenzaron los verdaderos problemas para Maguregui. Manuel Meler había decidido traspasar al Barcelona al guardameta Urruti y en la operación entró el polémico Canito, que viajó con sus nuevos compañeros sin haber firmado el contrato. Magu y Canito tuvieron sus primeros enfrentamientos lejos de España y el técnico blanquiazul le planteó a Meler la posibilidad de que no se efectuara el traspaso de Urruti porque no tenía un portero de garantías, aunque en el fondo, su idea era no quedarse con Canito. La respuesta de Meler fue negativa, al necesitar el club los millones que pagaba el Barcelona y considerar que el regreso de Canito podía ser un aliciente para el socio. Maguregui consiguió el fichaje del internacional belga Theo Custers, del que llegó a decir que era mejor que Arkonada. Reforzó el equipo con Corominas y se trajo a Barcelona a un nuevo vasco, el bilbaíno Carlos. El Espanyol comenzó mal la temporada y el fantasma del descenso obligó a nuevos fichajes que sobrecargaron a una plantilla con grandes divergencias internas.

Canito acusó públicamente a Maguregui de que solamente les ordenaba dar patadas. El técnico le respondió en términos despectivos y se enfrentó con Huertas, Vilches y Padilla a quienes llamaba aceituneros por su origen andaluz. De las palabras se pasó a las manos y un jugador llegó a lanzarle un cenicero a la cabeza en Cádiz. Los expedientes y las multas se acumularon en las oficinas del Espanyol.

Estas urgencias y el Espanyol con 3 negativos, virtualmente fuera de la Copa del Rey al caer en Sarriá por un escandaloso 1 a 4 frente al Zaragoza, hacían que Maguregui reclamase refuerzos en el mercado invernal y le llegaron el jerezano Miguel Ángel y ese desconocido danés llamado John Lauridsen. El 15 de diciembre de 1981, fue cuando Lauridsen acompañado de su representante Goywaerts, llegaron a Barcelona para negociar los últimos flecos con el club blanquiazul. El acuerdo fue rápido y sólo faltaba culminar un par de escollos. Una prueba que realizaría el jugador bajo la mirada atenta de Maguregui y su segundo Pepe Mauri y la negociación con el Esbjerg danés.

Lauridsen en una charla junto a Meler, P. Tomás y Goywaerts

El míster blanquiazul quería ver al jugador más días, ya que en una sola sesión le parecía prematuro tomar una decisión, pero las urgencias requerían que el jugador estuviera sólo un día de prueba. En el entrenamiento no deslumbró a nadie, debido a su timidez y también su falta de rodaje al estar paralizada su Liga hacía un mes. Aunque no dejaba dudas, que era un jugador técnico por el gran toque de balón con su zurda. Maguregui declaró que “Es un muchacho que tiene cualidades. La toca bien, pero físicamente está muy bajo, ya que lleva más de un mes sin entrenar. Lo vamos a fichar, después ya podremos valorar su calidad futbolística”. Por su parte, Lauridsen manifestó sentirse cómodo en el entrenamiento y se deshizo en elogios de sus futuros compañeros “Estoy contento con mi actuación. Los compañeros me han demostrado ser grandes personas y espero poder colaborar con ellos”. Por su parte, el gerente Pedro Tomás llegó a un acuerdo con los dirigentes daneses y el club periquito pagó por Lauridsen la modesta cifra de 4 millones de pesetas.

John el día de su presentación como espanyolista

DEBUT COPERO EN LA ROMAREDA

Todo y que el jugador estaba en unas condiciones físicas por debajo de los demás, Maguregui quería verlo en acción y la semana siguiente lo hizo debutar junto a Miguel Ángel en la Romareda en la Copa, en un partido de trámite tras la goleada maña (1-4) en Sarrià.

Lauridsen posando en la Romareda, el día de su debut

El danés, con el 10 en la espalda,  jugó 81 minutos de juego y gustó, aunque tampoco entusiasmó en exceso, debido a su falta de rodaje con sus compañeros y su estado físico. Pese a la derrota por la mínima (2-1), la imagen blanquiazul fue muy diferente a la cosechada en la ida y más acorde a lo que se esperaba de los hombres de Maguregui. El mister mostró sus reservas en valorar el debut de Lauridsen en competición oficial. “El chico lleva un mes sin jugar. La misión que tenía hoy era ambientarse con el equipo y con la competición. Hoy no puedo decir nada más sobre él. Quiero que sirva al Espanyol y que demuestre que vale lo que el club ha pagado por él. La directiva y los entusiastas socios blanquiazules se merecen que dé un rendimiento acorde con el esfuerzo realizado para contratarlo”.

Lauridsen en el día de su debut en la Romareda

Real Zaragoza: lrazusta; Casuco, Oñaederra, Camus, Morgado, Pérez Aguerri, Pichi Alonso (Amorrortu, 39’), Güerri, Amarilla, Señor y Valdano.

RCD ESPANOL: Espinosa; Padilla, Longhi, Carreño, Canito, Miguel Angel, Fortes, Zúñiga (Vilches, 46)’, Giménez, Lauridsen (Arabí, 81’) y Marañón. 

Goles: 1-0: Minuto 3. Centro de Señor por la izquierda que Amarilla remata en plancha antes de que Espinosa pueda tocar el balón en su salida. 1-1: Minuto 5. Centro de Fortes por la derecha, el balón llega a Marañón que chuta y cuando ya el esférico se introducía en el marco, Camus con la mano lo desvía. El penalty señalado por Guruceta es transformado por el propio Marañón. 2-1: Minuto 27. Pared entre Amarilla y Señor, este último ante la salida de Espinosa cruza el balón al fondo de las mallas.

Arbitro: Señor Guruceta Muro, del Colegio Murciano. No mostró ninguna tarjeta.

Incidencias: Buena entrada en La Romareda. Terreno algo resbaladizo. El publico recibió con una pita considerable al colegiado señor Guruceta, pero a medida que fue transcurriendo el encuentro, sin que este encontrara ninguna dificultad para dirigirlo, el respetable acabó incluso en alguna ocasión aplaudiéndolo. El Espanyol lanzó cinco córners (2 y 3), por cuatro el Zaragoza (3 y 1).

Su debut en la Liga fue mucho más amargo. Era el 3 de enero de 1982 en Sarrià frente al penúltimo. Los blanquiazules se jugaban mucho, ya que no se podían permitir sumar más negativos, ya tenían 3, y jugar frente al Hércules era una buena ocasión para sumar dos nuevos puntos. El partido fue malo de solemnidad y ninguno de los dos merecía la victoria, pero una jugada aislada del conjunto alicantino la aprovechó Muller para dar los tres puntos a los visitantes, ante el estupor local. Lauridsen salió a falta de 16 minutos para acabar el partido sustituyendo a Zuñiga. La tormenta se avecinaba en Sarriá, ya que la sombra del descenso era cada vez más larga y Maguregui pendía de un hilo muy fino. Lauridsen tras su amargo debut, no quiso evaluarse en exceso. “Entré cuando las cosas iban peor. Nuestro rival ya ganaba, quedaba poco tiempo para poder remontar y lógicamente había nervios y existía cierta anarquía en el equipo al buscar de cualquier forma el empate. Por eso, no quiero enjuiciarme. Una actuación tan corta y con esta serie de circunstancias adversas no dan motivo de análisis”. Ciertamente la tormenta que estaba envuelto el club, con un divorcio claro entre buena parte de la plantilla con su técnico, sobretodo el máximo exponente era el extrovertido Canito, y además las cosas en el ámbito deportivo tampoco ayudaban en exceso.

Lauridsen conduciendo el balón

El debut como titular de Lauridsen tuvo que esperar tres jornadas. El Espanyol viajaba a Valladolid a un punto del descenso y con 4 negativos. Magu le dio la alternativa a John en el Nuevo Zorrilla, el 24 de enero de 1982, y el danés no decepcionó ni un ápice, ya que exhibió un fútbol de alta escuela y lo añadió con un gol y una asistencia, para rubricar una magnífica victoria por 2 a 4. El once de aquella tarde fue: Custers; Job, Molinos, Vilches, Canito, Miguel Angel, Murúa (Carlos), Zúñiga, Giménez (Arabí), Lauridsen y Marañón. Lauridsen, tras su brillante actuación mostró su enorme satisfacción: “Estoy muy contento porque el equipo ganó, que era lo importante, y ha mejorado bastante en su clasificación. Creo que cumplí en el campo, lo que me dijo el entrenador, aunque aún puedo mejorar, ya que físicamente no estoy a tope”. Respecto a su primer gol con la zamarra blanquiazul, el danés lo detalló de tal manera: «Fue una jugada en la que participó toda la delantera del equipo. Finalmente Vilches me pasó el balón y chuté cruzado, teniendo la suerte de marcar. Me llevé una gran alegría y luego el Espanyol se creció”. 

Lauridsen debutó como titular en Liga en Valladolid

Y tanto que el equipo creció con el danés dirigiendo la batuta, el conjunto de Maguregui se instaló en la zona media, olvidándose del fantasma del descenso y dejando para el recuerdo dos marcadores excelentes, como el empate en el Santiago Bernabeu y la victoria en el Camp Nou, donde el danés marcó el primer de los tres tantos espanyolistas.

John luchando por el suelo, en la victoria en el Camp Nou (1 a 3)

FC Barcelona: Artola, Sánchez, Olmo, Víctor (Ramírez, 70’), Manolo, Alexanko, Simonsen, Zuviría, Quini, Estella (Carrasco, 60’) y Morán.

RCD ESPANYOL: Custers, Job, Escalza, Molinos, Canito, Miguel Ángel, Urbano, Lauridsen, Giménez (Murúa, 67’), Vilches (Zuñiga, 70’) y Marañón.

Goles: 0-1: min. 6, Urbano. 0-2: min. 17, Lauridsen. 1-2: min. 73, Alexanko. 1-3: min.76, Murúa.

Árbitro: Ramos Marcos, del colegio castellano-leonés. Mostró tarjetas amarillas a Vilches, a Escalza y a Miguel Ángel, todos ellos del RCD Espanyol.

Incidencias: Partido celebrado en el Nou Camp el 28/03/1982, correspondiente a la trigésima jornada del Campeonato de Liga. Césped en buen estado, pese a la lluvia caída y un lleno impresionante. Joao Havelange, que recibió el carnet número 100.000 del FC Barcelona, presenció el partido desde el palco presidencial.

 

La segunda campaña de Lauridsen en el club, mantenía a Maguregui en el cargo, pese a las desavenencias con parte de la plantilla y que la mayoría tanto de aficionados como directivos estaban en contra de la continuidad del vasco, pero una cláusula de su contrato impidió a Antonio Baró, nuevo presidente del Espanyol, contratar a otro técnico. En esa temporada hubo varios cambios, los más significativos fueron las bajas de Canito, por su enfrentamiento notorio con el míster, Custers y Urbano que fue traspasado al Barcelona. La principal novedad, fue la adquisición del portero camerunés Thomas N’Kono, que a lo largo del tiempo formó el mejor tándem de extranjeros de la historia del club, con Lauridsen, siendo ambos auténticos ídolos de la masa social espanyolista.

El Espanyol acabó en una discreta novena posición, con dos negativos, hecho que propició el cantado cese de Maguregui, que fue duramente criticado a lo largo de la temporada. Incluso antes de finalizar la temporada ya se sabía que su sustituto seria Miroslav Pavic, técnico yugoslavo que pese ser muy querido en Vigo, no pudo evitar el descenso del conjunto gallego. Cosas del destino, ambos técnicos se enfrentaron con su futuro sabido en la Copa de la Liga. Y precisamente, el futuro técnico perico, no salió bien parado en Sarrià, al caer derrotado por un escandaloso 7 a 1, donde por cierto, Lauridsen se sumó a la fiesta anotando un gol.

Lauridsen presionando a un rival

La siguiente eliminatoria de esta novedosa competición fue contra la Real Sociedad, en la cual los espanyolistas sucumbieron en la siempre fatídica tanda de penalties, donde el danés Lauridsen erró el suyo.

FÁCIL SU INTEGRACIÓN A BARCELONA? NO TANTO

Pese a lo que pueda parecer, los Lauridsen (John y Hanne) como todo cambio pues este no resulta fácil y para la pareja danesa tampoco fue una excepción, aunque a la larga se integraron a la perfección. Obviamente, el jugador danés recordaba con sorna que al principio de su estancia se solía perder por Barcelona, ya que John siempre había habitado en pequeñas ciudades, pero que pronto cogió el tranquillo a la bella Ciudad Condal.

Sus primeros meses, para que la familia Lauridsen no se sintieran solos compraron un perro salchicha llamado «Tinky», pese su pronto fallecimiento, no dudaron a comprar otro y con el mismo nombre, ya que le guardaban un enorme cariño al animal canino. En la plantilla su mejor aliado y amigo en un inicio fue Santi Palanca, que junto su mujer, la pareja Lauridsen hicieron buenas migas.

Otra de las cosas  que los Lauridsen les costó asimilar fue el horario de las comidas, ya que en España se comía muy tarde en comparación a Dinamarca y también las comidas eran aquí mucho más copiosas.

 

ADIÓS MAGU, HOLA BIGOTÓN

La temporada 83/84 empezaba la era Pavic, pero el proyecto resultó un rotundo fracaso, ya que los jugadores jamás conectaron con el técnico plavi y en la segunda jornada fue despedido fulminantemente tras recibir dos escandalosas goleadas en Sarrià (1-4) frente al At. Madrid y en Sevilla (4-1) frente al Betis. Su sustituto fue el novato Xabier Azkargorta. Realmente ningún jugador espanyolista dio la talla en ese esperpéntico inicio de temporada y Lauridsen no fue ninguna excepción de tal desastre.

Xabier Azkargorta fue el tercer técnico que tuvo John en el club

Con el técnico de Azpeitia y el famoso slogan “Yo cantera”, las cosas mejoraron notablemente y el Espanyol inmediatamente salió de la zona peligrosa, y el danés Lauridsen volvió a ser el hombre que capitalizaba el juego ofensivo blanquiazul. El Espanyol cosechó una racha de imbatibilidad destacada de 10 partidos, donde sobresalieron las victorias frente al Barcelona (1-0) en Sarrià y en la Romareda por 2 a 4, donde como no, el danés era uno de los máximos responsables de ese buen funcionamiento perico. Su elegancia y calidad daban un plus al conjunto de Azkargorta que sin duda marcaba las diferencias dentro del terreno de juego. Esa buena línea de juego con los blanquiazules, no pasó desapercibida por su seleccionador Sepp Piontek y Lauridsen tuvo el merecidísimo premio de ir a la Eurocopa de Francia 1984.

Disputando un balón con el defensa malaguista Popo

Antes cabe destacar, la gran idea del mister Azkargorta, el capitán Fernando Molinos y el jefe de prensa Juan Segura Palomares en realizar la obra de teatro la Venganza de Don Mendo, en beneficio del Hospital Sant Joan de Déu, donde participó toda la plantilla blanquiazul (Lauridsen hizo el papel de Abad), más la presencia mediática del futbolista, por aquel entonces barcelonista, Diego Armando Maradona.

Lauridsen, N’Kono y Mauri los 3 reyes magos pericos

LAURIDSEN EN LA EURO’84

La Dinamarca de Lauridsen partía como una de las favoritas por sus resultados obtenidos, entre ellos la victoria en Wembley frente a Inglaterra (0-1) y contra la anfitriona Francia (3-1) en Copenhague. Pese a ello, su debut era muy complicado, ya que se tenía que ver las caras con Francia en el Parque de los Príncipes de Paris, un envite complicado para la dinamita roja, de hecho, los galos llevaban ocho años invictos en dicho escenario.

Los Simonsen, Jesper y Morten Olsen, Lerby, Elkjaer-Larsen, Arnesen, Laudrup y como no nuestro Lauridsen sucumbieron frente a la anfitriona por la mínima, gracias a un gol del astro francés Platini. John, salió como suplente, pero jugó toda la segunda mitad, debido a la lesión de Simonsen. El espanyolista hizo un buen papel, pero no pudo evitar la derrota de los suyos. Tras el choque frente a Francia, Lauridsen no se sintió molesto por ser suplente, tal y como confesó: encuentro: “Siempre he dicho que hay muy buenos jugadores en la selección danesa y que cualquiera puede ser titular. Cuando Simonsen se lesionó, tampoco esperaba salir; es más, llegué a oír como Simonsen desde el césped decía que no le cambiaran, porque no era consciente de la gravedad que tenía su lesión y quería seguir jugando. Cuando salí procuré hacerlo lo mejor que pude, para brindarle el triunfo a Allan. Pero… no pudo ser”. Destacar, que el presidente del RCD Espanyol, Antonio Baró, envió un telegrama felicitando a John y sus compañeros por su partido frente a Francia y deseándole el mayor de los éxitos en el resto del campeonato. “No me ha sorprendido, porque el Espanyol es un gran club, que sabe cuidar a sus jugadores. El telegrama del presidente Baró nos ha llenado de orgullo a todos los daneses y a mí muy especialmente, porque con otros compañeros que militan en clubes extranjeros, sus dirigentes no han tenido este detalle”, afirmó Lauridsen.

 Francia: Bats, Battiston, Le Roux (Domergue, 60’), Bossis, Amorós, Tigana, Fernández, Giresse, Platini, Lacombe y Bellone.

Dinamarca: Qvist, Busk, Morten Olsen, Lerby, Nielsen, Bertelsen, Arnesen (Jesper Olsen, 80’), Berggren, Simonsen (Lauridsen, 46’); Elkjaer y Laudrup.

Goles: 1-0: Minuto 78, Platini.

Arbitro: Volker Roth, alemán. Expulsó a Amorós minuto 87. Amonestó a Jesper Olsen, minuto 87.

Incidencias: Lleno absoluto en el Parque de los Príncipes :47.570 espectadores. La ceremonia inaugural de la Eurocopa ofreció ocho equipos de niños representando a las selecciones participantes y el anagrama del “Eurocopa-84’ trazado sobre el césped con más de quinientos balones que luego serían lanzados a las gradas. Un niño, llamado Cristophe leyó un mensaje conjunto de los ocho seleccionadores con el deseo de ofrecer buen fútbol y un espíritu altamente deportivo.

El segundo partido de Dinamarca fue frente a Yugoslavia, y era un partido crucial para ambas selecciones, porque venían de sendas derrotas en el primer partido. Lauridsen, volvió a ser suplente y desde allí disfrutó como sus compañeros atizaban a la selección plavi con un Arnesen espectacular. El espanyolista pudo disfrutar del partido los últimos 12 minutos, con todo resuelto (4-0), pero aún le dio tiempo para anotar un gol, el quinto y definitivo de la noche.

  Dinamarca: Qvist, Ole Rasmussen (Sivebaek, 60’), Busk, Morten Olsen, Nielsen, Arnesen (Lauridsen, 78’), Bertelsen, Berggreen, Lerby, Laudrup y Elkjaer.

Yugoslavia: Ivkovic, Nenad Stojkovic, Zajec, Miljus Radanovic, Katanec (Halilovic, 57’), Gudelj, Bazdarevic (Dragan Stojkovic, 23’), Susic, Cvetkovic y Vujovic.

Goles: 1-0: Minuto 7, Arnesen. 2-0: Minuto 16, Berggreen. 3-0: Minuto 69, Arnesen (penalti). 4-0: Minut 81, Elkjaer. 5-0: Minuto 83, Lauridsen.

Arbitro: Lamo Castillo, español. No hubo tarjetas.

Incidencias: Partido celebrado en el estadio de Gerland de Lyon ante 35 mil espectadores, los cuales más de la mitad eran daneses.

 

Los daneses se lo iban a jugar todo a una carta frente a Bélgica, aunque a los de Piontek les valía el empate por la diferencia de goles. El partido frente a los belgas peor no pudo empezar, ya que los diablos rojos se pusieron en la primera mitad 2 a 0, hecho que enviaba a los daneses a casa. Pero inmediatamente los de Piontek pudieron acortar las diferencias, gracias a un gol de Arnesen de penalti y enviaba el partido al descanso con la renta mínima para Bélgica de 2 a 1. En la reanudación, la máquina vikinga funcionó a la perfección y pudo dar la vuelta al marcador ganando el partido por 3 a 2, con goles de Brylle y Eljkaer-Larsen, que daban el billete a las semifinales, que curiosamente fue España. Lauridsen en esta ocasión no jugó ni un minuto. Pese a ello, el espanyolista estaba muy satisfecho por el pase de su selección a semifinales: “Ganamos limpiamente. Ahora deseo que España siga nuestros pasos” y lo hizo.

Lauridsen en acción con la dinamita roja

Las semifinales frente a España se presentaba muy abierta y con ambos conjuntos con la moral por las nubes por sus meritorias clasificaciones. El choque disputado en Lyon, había mayoría vikinga en las gradas, aunque también había una nutrida presencia española. El partido no pudo empezar mejor para los daneses, pues a los seis minutos marcaba Sören Lerby. Miguel Muñoz, seleccionador español, había diseñado un sistema defensivo con Camacho sobre Laudrup, Salva sobre Elkjaer-Larsen y Julio Alberto pendiente del cerebro Arnesen, pero en el primer tiempo, el dispositivo del entrenador español funcionó sólo a medias. Antes del descanso Dinamarca gozó de otra gran oportunidad, otra vez por medio de Lerby, donde un inspirado Arkonada desbarató.

Tras la reanudación el panorama cambió; España se hizo con el control de partido, y comenzó a imponer su mejor condición física para desequilibrar el choque. Fruto de ese dominio llegó el gol del empate, conseguido por Maceda, que ya marcó el gol que dio el pase a semifinales contra Alemania. Aunque la selección española siguió presionando, ya no se movería el marcador en un partido disputado, pero no demasiado duro: el árbitro inglés Courtney fue acusado veladamente por ambos equipos de cargar de tarjetas a los jugadores apercibidos para allanar el camino de Francia en la final.

Arkonada y Eljkaer-Larsen peleando por el balón en el emocionante partido de semifinales celebrado en Lyon

La prórroga no resolvió nada, con dos equipos fundidos, y sólo dejó una segunda tarjeta amarilla para el medio danés Berggreen. Así pues, la decisión se sometió a la ruleta de los penaltis, donde ambos equipos manifestaron su carácter y embocaron sus cuatro primeros lanzamientos (Brylle, J. Olsen, Laudrup – falló su primer intento, pero el árbitro ordenó la repetición de manera muy rigurosa por haberse adelantado Arkonada y marca Laudrup en el segundo disparo-, Lerby) por parte danesa y por España (Santillana, Señor, Urkiaga, Víctor). En el quinto, el punta Elkjaer-Larsen mandó la pelota a las nubes, y dejó la responsabilidad a pies de Manolo Sarabia, quizá el jugador más técnico del plantel hispano. El vasco no falló, y garantizó a la selección el pase a la final de la Eurocopa. La Dinamarca de Lauridsen, que no jugó tampoco en este encuentro quedó eliminada.

SIN EUROPA POR LOS PELOS

Una nueva temporada empezaba para Lauridsen y su Espanyol, con la alegría que ambos prolongaron su contrato dos años más, hasta el 1987, ya que el danés era pieza fundamental para el Espanyol y John se encontraba como en casa en el conjunto perico. Pocos cambios rezumaban en el cuadro blanquiazul, seguía Azkargorta y la apuesta de la cantera, más un desconocido delantero hispano-francés llamado Michel Pineda. De hecho, el club perico reestructuró su cuadro técnico para potenciar el futbol base, de esta manera Pepe Mauri dejó de ser ayudante y pasó como coordinador del futbol base blanquiazul y sus funciones las pasaría a ejercer, otro hombre de la casa, Juanjo Díaz.

Lauri ya era el líder del equipo

El Espanyol empezó la Liga de manera irregular, haciendo partidos brillantes como contra el Racing de Maguregui o partidos desastrosos como en el Sadar. Pero una mala racha de malos resultados en el final de la primera vuelta, envió al equipo en zona de descenso y con la afición muy crispada, por la imagen de su equipo. Ciertamente Lauridsen, tampoco se salvó de esta pobrísima imagen y de hecho Azkargorta, por ejemplo, no lo convocó frente al Zaragoza en la Romareda, para darle “oxígeno”, ya que el danés notaba la escasez de vacaciones que tuvo el pasado verano.

Poco a poco, Lauridsen y los suyos fueron cosechando buenos resultados como estar 6 partidos invictos de manera consecutiva, jugando en el Calderón y recibiendo al Valencia o un Barça intratable que a la postre fue campeón. Esa remontada dio moral al equipo, que dos semanas después encadenó la gran cifra de seis victorias consecutivas, dando grandes repasos en campos como el del Racing y Elche o venciendo en casa a equipos como el Real Madrid y Sevilla. Sin duda, gran parte de esta fulgurante reacción fue gracias al gran danés, que volvió a erigirse como el gran organizador que era. Ese gran rush final casi pone al Espanyol en la UEFA, pero dos derrotas seguidas frente al Betis en casa y en Atocha, dejaron al conjunto de Azkargorta con la miel en los labios.

La derrota en casa frente al Betis, desbarató el sueño europeo

En la siguiente campaña, Lauridsen por fin empezaba un stage como blanquiazul repitiendo técnico, ya que en los tres anteriores siempre había tenido un entrenador distinto (Magu, Pavic y Azkargorta). Además, el danés lo hacía con la satisfacción de alargar un año más su contrato, hasta 1988, ya que junto al camerunés Tommy N’Kono, el danés era el buque insignia del conjunto espanyolista. El equipo blanquiazul mantenía el bloque que tan bien había finalizado la temporada, más las incorporaciones del delantero exvalencianista Jesús García Pitarch y el joven Mentxaka.

Ciertamente, después de las dudas dejadas en el Ciudad de Barcelona, donde el equipo cayó por un estrepitoso 3 a 5, en la Liga no podía empezar mejor las cosas, ya que los de Azkargorta golearon al Cádiz por un contundente 5 a 0, donde Lauridsen anotó un gol, desde los once metros, y fue una vez más el director de orquestra del equipo blanquiazul. Esa goleada puso líder al Espanyol en la primera jornada del campeonato, hecho que no sucedía desde el año 1940, pero tal circunstancia fue un mero espejismo, ya que las derrotas volverían pronto a Sarrià, colocando al equipo con los siempre temidos negativos en el casillero, a pesar de que el conjunto blanquiazul hacía un fútbol vistoso, aunque claramente estéril ante el marco contrario.

John siempre era vigilado de cerca por el rival

Los resultados seguían sin llegar, aunque nadie podía negar las buenas intenciones futbolísticas del conjunto espanyolista, donde Lauridsen sobresalía conjuntamente con su compañero extranjero N’Kono, pero las lesiones, la falta alarmante de gol arriba y los errores infantiles en defensa condenaban al equipo a estar en la zona de descenso.

Afortunadamente, el equipo de Azkargorta arrancó en el tramo final de la primera vuelta y se mantuvo 6 partidos invictos, logrando meritorios empates en el Sánchez Pizjuan y sobretodo en el Nou Camp. Y es que cuando el Espanyol recuperó el olfato goleador de los hombres ofensivos como Pineda o el “Negro” Giménez, se instaló en la zona media de la tabla sin muchos apuros, lugar que ya no abandonó hasta el final de la temporada. Destacar la temporada del gran danés, que realizó su mejor campaña de toda su carrera perica y ya es decir mucho, anotando su mejor cifra de goles, 7 goles en Liga más 2 en la Copa del Rey. A pesar de ello, la temporada para los de Sarrià tuvo un sabor amargo, porque el equipo no creció lo que se esperaba de él, debido buena parte por las lesiones, pero a su vez por su enorme irregularidad, donde muchas veces el buen futbol no se vio acompañado de los buenos resultados, de hecho, los blanquiazules fueron incapaces de ganar a domicilio en todo el campeonato, ni siquiera al colista Hércules, donde el propio Lauridsen falló un penalti en el último minuto que pudo significar la primera y única victoria como visitante. Debido a todas estas circunstancias, Xabier Azkargorta decidió que lo mejor para el club y el equipo era un cambio de técnico y pese que tenía un año más de contrato, renunció a él. Como nota positiva, los blanquiazules se despidieron de la Liga venciendo al Barcelona en Sarrià por un contundente 5 a 3.

RCD ESPANYOL: N’Kono, Job, Gallart, Iñaki (Zuñiga, 73’), Jaime M., Lauridsen, Soler, Orejuela, Márquez, Mauri (Jiménez, 73’) y Pineda.

FC Barcelona: Amador, Gerardo, Moratalla, Alexanko, Manolo, Pedraza, Schuster, Urbano, Carrasco (Clos, 46’), Marcos (Calderé, 63’) y Pichi Alonso. Goles: 1-0: Minuto 9, Márquez. 2-0: Minuto 24, Márquez. 3-0: Minuto 27, Mauri. 3-1: Minut 55, Schuster. 4-1: Minuto 68, Márquez. 4-2: Minuto 81. Schuster (penalti). 5-2: Minuto 88, Pineda. 5-3: Minuto 89, Pedraza.

Arbitro: Sánchez Molina Soto del Colegio Castellano .Mostró siete tarjetas amarillas: lñaki, Orejuela y Gallart  por parte del Espanyol. Urbano, Alexanko, Amador y Pichi Alonso por el Barcelona. Expulsó a Jaume Langa, utillero del Barcelona.

Incidencias: Partido celebrado en el estadio de Sarrià ante 35 mil espectadores. Destacar que el grupo de animación joven del Espanyol, la Peña Juvenil, desplegó una bandera gigante, desplegada en los momentos álgidos del partido. El Barcelona, estaba en plena euforia al estar metido en dos finales. La de la Copa del Rey frente al Zaragoza y la de la Copa de Europa frente al Steaua, curiosamente ambas perdidas por los azulgranas. Precisamente el técnico rumano, Iordanescu, estuvo presente en Sarrià esa tarde.

El derbi siempre era un día especial para los blanquiazules

Como curiosidad, destacar que en esta temporada el bueno de John vió su única cartulina roja de su carrera como blanquiazul, fue en el Molinón en la jornada 22, cuando transcurría el minuto 28 del primer tiempo y Lauridsen muy alejado de la zona donde se jugaba el balón, cuando de repente el trencilla Jiménez Muñoz detuvo el juego y expulsó ipso-facto al danés, ante la extrañeza de todos los presentes. Cabe destacar, que hasta el propio público sportinguista mostró su incredulidad y despidió con aplausos a un sorprendido Lauridsen que no se creía tal suceso. Al finalizar el partido, el danés explicó lo que buenamente pudo entender de la increíble decisión arbitral. “Estoy convencido de que el árbitro se equivocó. En los primeros compases de partido, Márquez se dirigió a él en términos poco deportivos y Jiménez Muñoz creyó que había sido yo. Entonces ya amenazó con expulsarme. Más tarde le protesté una falta que no señaló y él debió entender otra cosa. He hablado con él ‘y hemos intentado aclarar el malentendido. Admito que suelo protestar algunas decisiones arbítrales, pero de ahí a faltarles al respeto a los Colegiados va un trecho muy grande. Jamás he faltado al honor ni mucho menos insultado a los de negro”. Por su parte, el colegiado castellano tenía una versión opuesta a la del danés. “Azkargorta y Lauridsen pueden decir lo que quieran, pero puedo asegurar, como así consta en acta, que el danés dijo «pu… madre”. Es una expresión ofensiva y pude oírla ‘perfectamente pese a hallarme a quince metros de distancia Creo que mi reacción es lógica”. Al jugador danés, en un principio, le cayeron 3 partidos, pese que dos jugadores rivales, Esteban y Cundi, manifestaron que el jugador espanyolista no insultó a nadie, tal y como aseguraba el asturiano Cundi. “Las palabras de Lauridsen fueron “puta leche”. Jamás insultó al colegiado, que no podía oírlo porque estaba lejos. En cambio, yo estaba a su lado y sí pude oírlo claramente. Si me llaman a declarar iré y tendré que decir lo mismo. Me ratifico en lo que vi y oí porque es la verdad y por lo tanto, lo mantengo”. Finalmente, el Comité de Competición redujo la sanción a un partido para alegría de todos, pese a la injusticia de la expulsión, tal y como declaró Lauridsen. “Me mantengo en la verdad, es decir, que no insulté al árbitro. Dije una expresión que no creo que sea merecedora de sanción”. A su vez, agradeció el gesto de sus rivales, Cundi y Esteban. “Sinceramente, estoy muy agradecido a ellos. Quiero llamarles para darles las gracias personalmente. La verdad es que en este momento estoy muy contento”. Curiosamente, el mismo árbitro un año más tarde se vengó en La Condomina de uno de los “chivatos” sportinguistas, Esteban, por un presunto insulto a un rival, ¿curioso verdad?

Lauridsen posando para la prensa

LLEGA CLEMENTE

Tras la marcha de Azkargorta, el presidente Antonio Baró, en su reelección como máximo mandatario de la entidad, presentó al polémico Javier Clemente como baza electoral si salía reelegido de su cargo, como así fue. El técnico de Barakaldo que había devuelto la gloria al Athletic logrando 2 Ligas y 1 Copa del Rey, había salido por la puerta de atrás del club del Botxo y con una agria polémica que dividió a la afición bilbaína, el caso Manu Sarabia, cuya relación con el técnico era muy tensa por la poca continuidad del extraordinario jugador rojiblanco. Además, a Clemente le costaba poco en meterse en cualquier fregao, ya que le gustaban las “alcachofas” más de lo debido. En el lado positivo, el de Barakaldo era un técnico agresivo y atrevido que era lo que necesitaba el actual Espanyol, ya que hacía 8 temporadas que los blanquiazules no acaban la Liga con positivos en el casillero.

La llegada de Clemente causó una gran expectación

Para Lauridsen, tras una nueva temporada y nuevo técnico, las cosas no tenían porque variar demasiado, además había tenido la “suerte” de gozar de vacaciones, al no disputar el Mundial de México’86, ya que el seleccionador Pontiek no lo incluyó en la lista, por lo que estaba en plenas condiciones de afrontar el nuevo reto de Javier Clemente.

Lauridsen en pleno stage en Bagneres de Luchon

Pese que empezó la Liga de titular, el danés ya pudo comprobar que las cosas con Clemente iban a cambiar y que ya no sería ese jugador indiscutible de antaño. En la jornada 2 en Sarriá, probó la medicina del banquillo en más de una ocasión y no jugó un partido entero de Liga hasta en la jornada 8. Dejando bien a las claras que el rol del danés, ya no iba ser el de líder indiscutible del equipo, al tener el de Barakaldo unas ideas diferentes para el equipo y por lo que se veía eran exitosas.

Con Clemente ver a Lauridsen en el banquillo no era extraño

Esta situación, era anómala para John y pese que reconocía su extrañeza y su falta de hábito de estar en el banco, acataba las decisiones del técnico con total respeto y profesionalidad. De hecho, este debate en la grada ya se empezaba a vislumbrar, cuando en la jornada 6 frente al Betis, Clemente decide sustituir a Lauridsen por Márquez en el minuto 65 de partido y con empate a 0 en el marcador. Esa decisión causa el malestar de la afición y censuran el cambio con silbidos. Pero Clemente, se sale con la suya y al minuto, Márquez anota un gol y posteriormente marca otro, para dar la victoria a los blanquiazules por 3 a 1. A Clemente no le sentaron muy bien esos silbidos a su decisión táctica y dejó bien claro que la afición no se metiera en camisa de once varas y si hizo ese cambio, fue porque Lauridsen defensivamente estaba siendo descuidado, pese que el danés realizó un gran encuentro, tal y como reconoció el propio Clemente.

Lauridsen ya empezaba a padecer los métodos de Clemente

Una de las anécdotas en un terreno de juego que ha vivido John a lo largo de su carrera deportiva ha sido, sin duda alguna, el colocarse de portero debido a la expulsión muy rigurosa de su compañero Tommy N’Kono por el trencilla asturiano Álvarez Díaz, cuando el Espanyol ya no tenía posibilidad de cambio alguno. Fue en partido de Copa frente al Terrassa el 01 de octubre de 1986, donde los egarenses se impusieron por 2 a 1 y eliminaron a los de Clemente en el torneo del KO. Pese a estar más de cinco minutos en la puerta espanyolista, el danés se mantuvo imbatido, aunque el Espanyol cayó sorprendentemente frente a un tercera división.

   

Inédito, Lauridsen de portero!!!

Pese que Lauridsen, ya no era ese hombre imprescindible, de hecho, para Clemente nadie de sus hombres lo era a excepción de N’Kono, ya que el resto iban rotando más o menos veces, pero nadie podía sentirse imprescindible, pero a su vez, todos se sentían importantes al gozar de muchos minutos por las continuas rotaciones del de Barakaldo y sin dudas, Lauridsen, sin ser titular indiscutible siempre, fue uno de los hombres claves para la gran clasificación espanyolista. Este sistema, al conjunto le funcionó a la perfección y se instaló en la zona alta de la tabla, junto a los dos transatlánticos, R. Madrid y Barcelona, y estuvo durante varias jornadas luchando de poder a poder con ellos para el liderato del campeonato. En los play-offs, el conjunto blanquiazul se deshinchó un poco y no pudo mantener el ritmo de los dos grandes, pero finalizó la Liga en una excelente tercera plaza, igualando la mejor clasificación histórica del club que se hizo anteriormente (32-33, 66-67 y 72-73), dando como premio la clasificación para la Copa de la UEFA, tras diez años sin participar en ella. No había discusión el plan Clemente había sido un éxito rotundo, pese a sus particulares decisiones.

John jugaba menos, pero el equipo mejor

LA TEMPORADA DEL ADIÓS

La temporada 87/88 empezaba con ilusión para todos los espanyolistas, ya que el reto de la UEFA estaba en la esquina, tras la espectacular temporada realizada por los de Clemente. Para Lauridsen también seria especial, ya que nunca había jugado competiciones continentales con el Espanyol y eso conllevaba una motivación especial para él y para el resto del grupo.

John cada vez lo tenía más difícil para jugar

Pero la situación para el bueno de John cada vez era más complicada a las órdenes de Clemente, ya que en los planes del técnico, el danés cada vez era menos importante y de hecho de los 54 partidos oficiales, el mediocampista rubio jugó 24 como titular, siendo tan sólo 2 de ellos en la Copa de la UEFA, dejando bien a las claras que Clemente no tenía al danés como un hombre clave en sus esquemas de juego, con el agravante que esa temporada finalizaba contrato.

De hecho ese ostracismo del danés, fue un caldo de cultivo durante toda la temporada y la afición espanyolista tomó partido por el centrocampista rubio, el cual era más aplaudido y coreado que nunca. Esta situación le incomodaba al bueno de John, ya que no quería dividir sino sumar, tal y como refleja una entrevista realizada por Tomás Guasch en el Mundo Deportivo al jugador danés. “No quiero que por mí alguien pueda encender una “guerra”. Yo no soy así ni sería justo. La única verdad es que jamás he tenido problemas con Clemente. ¿Que hay quien ha visto “Sarabias” en potencia en Márquez Pineda, N’Kono o yo mismo? Allá cada cual con su conciencia. La mía está muy clara y sólo late en blanquiazul. Pase lo que pase el 30 de junio, John Lauridsen piensa nada más que en el Espanyol. No me preocupa lo que opinen los demás, ni otras ofertas, ni nada por el estilo. Luego, si aquí no me necesitan, tiempo habrá para enfocar mi vida en otro sitio. Nadie me ha dicho si causaré baja, y aunque mi último contrato espanyolista ya estaba firmado por estas fechas, sigo siendo un “perico” más”.

El divorcio Clemente&Lauridsen era una evidencia

Pese que a la Liga el Espanyol no acababa de arrancar, en la UEFA el conjunto de Clemente vivía un verdadero paraíso y fueron pasando y cayendo equipos de relumbrón como el Borussia MG, Milan, Inter, Vitkovice o Brujas. Pero el jugador danés vivía en el ostracismo, de hecho, pese que el club siempre le manifestó la intención de renovarle, el danés veía que las intenciones de Clemente no iban por ese sentido y pese a tener ofertas de otros equipos, el jugador siempre esperaban resolver primero su futuro como blanquiazul.

Pese a estos momentos complicados y desconocidos para Lauridsen, el danés también tuvo momentos estelares en esta temporada. El primero de ellos fue en Moenchengladbach, el equipo favorito en la infancia de John. En tierras alemanas, el Espanyol hizo un partido soñado, memorable, donde los locales se vieron desbordados y el gran danés tuvo mucha culpa en ello, ya que dirigió a sus compañeros con maestría. El Espanyol venció y convenió en Alemania.

Su segunda gran alegría personal y colectiva fue en San Siro (Milán) frente al Inter, donde los nerazurri fueron bastante superiores a los de Clemente. Lauridsen, como en muchas otras ocasiones, partía como suplente y Clemente decidió que saliera a falta de 20 minutos para la conclusión, con el resultado adverso de 1 a 0. Tal decisión del vasco fue acertadísima, ya que el danés a los diez minutos de entrar en juego, marcaba el gol del empate…de cabeza!!! Este gol y el empate final, puso las cosas de cara para la vuelta en Sarrià y el Espanyol no falló.

Hasta el propio John, reconocía que tal gol no era nada habitual en él.  “Es que hacía cinco años que no marcaba de cabeza! La última vez que metí uno fue contra el Andorra en la Copa. A partir de allí, ni en los entrenamientos!!! Job ha centrado, ha rebotado en un defensa y ha venido el balón hacia mi. Inmediatamente la defensa ha ido a taparme y he intentado colocar el balón por el único puesto que he visto… y entró”.

 Inter de Milán: Walter Zenga; Giuseppe Bergomi, Riccardo Ferri, Daniel Passarella, Salvatore Nobile; Andrea Mandorlini, Vincenzo Scifo, Giuseppe Baresi; Pietro Fanna, Aldo Serena y Alessandro Altobelli.

RCD ESPANYOL: Thomas N´Kono; Santiago Urkiaga, Iñaki, Francis, Miquel Soler; Diego Orejuela (John Lauridsen 69´), Javier Zubillaga, Josep María Gallart, Manuel Zúñiga (Job 63´); Ernesto Valverde y «Pichi» Alonso.

Goles: 1-0 (Serena 32´); 1-1 (Lauridsen 80´).

Árbitro: Franz Wöhrer, austríaco. Amonestó a Gallart, por parte del Espanyol.

Incidencias: Estadio de San Siro, partido correspondiente a la eliminatoria de ida de los octavos de final de la Copa de la UEFA celebrado el 25/11/1987 ante 55.000 espectadores.

Lauridsen marca de cabeza en San Siro frente el Inter de Milan

El rubio de Greostedbro vio definitivamente claro su adiós, en el partido de vuelta disputado en Ostrava contra el Vitkovice, correspondiente a los cuartos de final de la UEFA, donde Clemente lo dejó en la grada. Tras ese partido, Lauridsen habló personalmente con el mister intentando averiguar las intenciones de este de cara el próximo año, ya que Lauridsen iba a ser padre y tenía la obligación de resolver su contrato lo antes posible. La respuesta de Clemente fue lacónica. “¿Renovar tú? – Hubo una pausa – he pedido unos jugadores a la directiva y si me los traen, igual no te necesito”. Allí, Lauridsen tomó la dolorosa y acertada decisión de no continuar en el Espanyol, pese la tristeza de todo el espanyolismo, incluído él.

Lauridsen en el banquillo, aquí junto a N’Kono, mirando atentamente el juego, en la ida de las semifinales frente al Brujas.

En la UEFA, pese a ser un jugador de segunda fila para Clemente, tuvo la oportunidad de jugar en Sarrià, como suplente, los partidos frente al Brujas en la semifinal y contra el Leverkusen, en la Final. Contra los belgas en Sarrià, el conjunto blanquiazul vivió una de sus mejores noches de la historia, al remontar un parcial de 2 a 0 en tierras flamencas. La afición se volcó con los de Clemente e hicieron de Sarrià, una auténtica olla a presión, que los belgas no supieron resistir y sucumbieron por 3 a 0, en el último minuto de la prórroga.

Lauridsen, una vez más, empezó desde el banquillo y salió a falta de 25 minutos para la conclusión del tiempo regalmentario con 2 a 0, para el Espanyol, por lo que la eliminatoria estaba igualada. El danés, no entró demasiado en juego, ya que el partido estaba alocado, con los de Clemente buscando el juego directo y los belgas, preocupados exclusivamente en defender.

Finalmente, el partido murió en la prórroga, donde un gol milagroso de Pichi Alonso en el último minuto de la misma, dio el pase definitivo a los espanyolistas a la Finalísima de la Copa de la UEFA. Sarrià vivió un extásis único e inigualable.

 RCD ESPANYOL: Thomas N´Kono, Job, Josep María Gallart, Joan Golobart, Santiago Urkiaga, Miquel Soler, Diego Orejuela (John Lauridsen, 65´), Javier Zubillaga (Manuel Zúñiga 71´), Ernesto Valverde, Sebastián Losada, «Pichi» Alonso.

Club Brugge KV: Phillippe van de Walle, Mamadou Tew, Serge Kimoni, Hugo Broos, Dennis van Wijk; Leo van der Elst (Ronny Rosenthal, 65´), Franky van der Elst, Luc Beyens, Peter Crève (Alex Querter, 101´); Kenneth Brylle-Larsen, Marc Degryse.

Goles: 1-0, Orejuela min. 10. 2-0, Losada min. 61. 3- 0, Pichi Alonso min. 119.

Árbitro: Helmut Kohl, austriaco. Amonestó a Zubillaga min. 55; Broos min. 58; Zuñiga min. 83; F. Van der Elst min. 92; Job min. 108 i a Quarter min. 127. Expulsó con roja directa a Beyens al min. 42.

Incidencias: Partido disputado en Sarrià, el 20 de abril de 1988, correspondiente a la vuelta de las semifinales de la copa de la UEFA. Lleno total, 42 mil espectadores. El Brujas se quedó con nueve hombres, por la expulsión de Beyens i la lesión en el minuto 118 de Mamadou.

John peleando un balón frente el Brujas en Sarrià

Como ya hemos avanzado, Lauridsen en la Final, en el partido de ida jugó la recta final del encuentro, ya con el resultado francamente encarado para los de Clemente, 3 a 0, marcador que permaneció inalterable hasta la conclusión del mismo.

Desgraciadamente, Clemente una vez más prescindió de él, para el partido de vuelta en Leverkusen, donde el danés tuvo que ver el partido desde la grada. No hace falta recordar como acabó la cosa, tras llevar una brillante renta de 3 a 0 en la ida.

Sin saberlo nadie, bueno quizás Javier Clemente, el jugador danés la última vez que vistió la camiseta espanyolista fue el 08 de mayo de 1988 en Sarrià frente al Sabadell, partido correspondiente al campeonato de Liga. Lauridsen jugó los 90 minutos y anotó el único tanto espanyolista desde los once metros, obviamente también seria su último gol como perico.

RCD ESPANYOL: N’Kono; Eloy, Gallart, Miguel Ángel, Soler, Zuñiga, Orejuela (Golobart, 46’), Lauridsen, Mauri (Márquez, 69’), Pineda y Alex.

C.E. Sabadell: Manzanedo, Saura, Fradera, Sala, Maestre, Nacho (Pinky, 89’), Alcelay, Lino (Vilarroya, 61’), Rubio, Barbarà y Kitanovski.

Árbitro: Urízar Azpitarte (Colegio vizcaíno). Amonestó a Golobart para el Espanyol y a Rubio para el Sabadell.

Goles: 1-0, m. 17: Lauridsen (p). 1-1, m. 67: Fradera.

Incidencias: Partido celebrado en Sarrià ante unas 32 mil personas, correspondiente a la trigésima sexta jornada de Liga de la temporada 1987/88. Nutrida presencia de aficionados arlequinados en las gradas de Sarrià. Estuvo presente Johan Cruyff y todo su nuevo staff técnico, junto a Joan Gaspart, hecho que hizo que la grada los recibiera con unos fuertes abucheos.

Imágenes de John en la última vez que jugó para el Espanyol

Si estos golpes bajos de Clemente en la moral de Lauridsen no habían estado suficientes, uno de los gestos más feos del de Barakaldo, fue privar al danés de despedirse de la afición espanyolista frente al Logroñés, ya que el vasco una vez más prescindió de sus servicios. Fue un final amargo, pero la gente no olvidaba al gran danés que tantas tardes de gloria había dado a la parroquia espanyolista y a pesar de la cabezonería de Clemente, John siempre era recordado por la grada de Sarrià.

 

John se tuvo que despedir de la afición, sin poder jugar, otro feo gesto de Clemente. Pese a ello, la afición le tributó una cálida despedida

 MALAGA, SU DESTINO

Tras siete temporadas inolvidables en el Espanyol, Lauridsen con la carta de libertad bajo el brazo firmó por el Málaga por dos temporadas, en una ciudad que conocía bien su mujer en su adolescencia al poseer sus padres un apartamento en esas tierras. El rendimiento de Lauridsen fue aceptable en su primera campaña, donde el danés participó activamente en la lucha para la salvación, que era el principal y claro objetivo del cuadro andaluz.

John con los colores del Málaga

Uno de los momentos más emotivos para John fue la vuelta a Sarrià. El danés lo hizo por dos veces esa misma temporada, la primera el 05 de febrero de 1989 en partido de Copa. Los catalanes se impusieron y pasaron de ronda, pero lo más emotivo de esa tarde fue la gran recibida que se llevo consigo el danés. La segunda fue en el mes de abril en partido de Liga, donde desgraciadamente ambos luchaban por el mismo objetivo, evitar el descenso. El conjunto malacitano de Lauridsen, se llevó el gato al agua y ganó por 0 a 1. Pero para John, su gran victoria fue el enorme reconocimiento de la afición perica hacia su persona.

Tommy y John en Sarrià, como rivales, pero nunca enemigos

En su segunda temporada, las cosas no fueron tan bien y el protagonismo del danés se fue apagando, hasta que a finales de temporada y tras no contar en los planes del técnico Fernández Benítez, el club le dio la baja a él y a su compañero argentino González, para inscribir a dos fichajes a la desesperada para evitar el descenso, el colombiano “Palomo” Usuriaga y el brasileño Charles. Tras esta dura situación, Lauridsen y el Málaga llegaron a un acuerdo para que el jugador danés marchara como cedido al Esbjerg danés, que en aquel entonces militaba en la segunda división, hasta final de temporada, donde podría negociar su futuro, al finalizar su contrato con el conjunto andaluz.

Afortunadamente para John, esa decisión del Málaga le evitó pasar por el mal trago de jugarse la promoción para la permanencia en primera contra “su” Espanyol, donde los periquitos en una agónica tanda de penaltis lograron el ascenso y condenaron al Málaga al pozo de la segunda división.

John en su nueva faceta profesional

Lauridsen, por su parte colgó las botas en la temporada 1990/91 en el Esbjerg con tan sólo 31 años, ya que quería dedicarse full-time a su nuevo trabajo en la empresa de transportes Blue Water Shipping, donde actualmente aún trabaja, y tiene varias sedes en España, donde Lauridsen es su interlocutor por su fluido castellano.

Lauridsen en Sarrià, como espectador de lujo, junto a su mujer y Edu  Mauri en 1991. El club le dio una insignia por su trayectoria

 Esta vinculación con España, le ha permitido mantener el contacto con el Espanyol y ha viajado en varias ocasiones para disputar partidos con los veteranos, estar presente en el Centenario del club, donde le afición le tributó una más que merecida ovación o estuvo presente en el partido solidario organizado por La Curva y el club, donde se disputó un emotivo partido entre los miembros de la UEFA’88 y los campeones de Copa del 2000. Sin duda, el danés está en un rincón muy especial de los corazones pericos.

Lauridsen y Márquez en el gran dia del Centenario espanyolista

ESTADÍSTICAS DE JOHN LAURIDSEN

* PARTIDOS DE LA COPA DE LA UEFA

PARTIDOS CON LA SELECCIÓN

Partidos Jugados: 27

Goles:  3

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Bibliografía: Mundo Deportivo, LFP  y web Federación de Futbol de Dinamarca.

Fotos: Libros historia RCD Espanyol,  Anuario Tot Espanyol, Don Balón, El Españolista, web Federación de Futbol de Dinamarca y Mundo Deportivo.

This entry was posted on 6 junio 2009 at 0:06 and is filed under LAURIDSEN. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.