THE SPORTSMAN 

  

Ricardo Juan Antonio Saprissa Aymà nació en San Salvador (El Salvador) el 24 de junio de 1901, de padres catalanes, Josep y Carme, y cuarto de ocho hermanos. Su familia formaba parte de la clase acomodada salvadoreña, hecho que le permitió estudiar en Europa. Así, en 1904, el pequeño Ricardo viajó con su madre Carme a Barcelona para inscribirse en las Escuelas Pías de Sarriá, donde estudiaría hasta los 10 años.

Ricardo todo un niño, sujetando un aro, posando junto a su família

La repentina muerte de su padre le hizo volver a El Salvador, donde no tardó en cultivar su gran pasión por el deporte. Se pasaba horas muertas jugando a béisbol y, con este deporte, ya empezó a recoger los primeros elogios de la prensa. “Saprissa era una muralla; no dejó pasar la bola por su puesto”. También se convirtió rápidamente en uno de los mejores tenistas de Centroamérica, ganando el campeonato centroamericano con 19 años. Sin, por supuesto, olvidarse del fútbol, que empezó practicando en su escuela barcelonesa para seguir mejorando en tierras salvadoreñas en el club del Marathon.

Saprissa también practicó el boxeo

La muerte de su padre le marcó profundamente en su carácter y remarcó una de sus virtudes más destacadas, la obsesión de tutelar y enseñar a los niños y jóvenes más desfavorecidos de la sociedad. En 1921 se sacó el título de ingeniero topógrafo y, junto su madre (y dos de sus hermanos), regresó a la Ciudad Condal. Su intención era especializarse y sacarse la carrera de ingeniería textil, pero sus deseos de proseguir con sus estudios en España cayeron en saco roto cuando la Universidad de Barcelona no convalidó su título. Ante esta negativa, decidió abrir una tienda de ropa en la Avenida de Sarrià para ganarse la vida.

Don Ricardo demostrando su fuerza levantando a 3 amigos suyos

TODO UN SPORTSMAN

Su negocio particular no le impedía continuar con su pasión y gran don, practicar deporte, fuera cual fuera, beisbol, tenis, hockey hierba, futbol, etc. En beisbol se incorporó al América. En tenis destacó especialmente en la modalidad de dobles junto a Antonio Juanico, con el que fue campeón de España en 1923 y 1924, constando como los primeros campeones de España según la RFET. Incluso participó en los Juegos Olímpicos de París (1924), lo que en aquella época sólo estaba al alcance de auténticos fuera de serie y en la Copa Davis contra Bélgica en Amberes. En hockey hierba, forma parte del Pompeya y posteriormente del RC de Polo de Barcelona, con quien gana una Copa del Rey, anotando dos goles en la Final. En este deporte, también consiguió la internacionalidad absoluta con España. Como dato anecdótico y que muestra su desinterés al profesionalismo en el deporte, es que don Ricardo siempre fue fiel a sus equipos, ya que jugó en futbol con el Espanyol y en tenis en el Pompeya. La única excepción la encontramos en el hockey, donde la desaparición del Pompeya, le obligó a marcharse al Polo Barcelona.

Una caricatura del dibujante Bofarull en Mundo Deportivo de Saprissa mostrando la multitud de prácticas deportivas que ejerció a lo largo de su brillante carrera.

SU FICHAJE POR EL ESPANYOL

Por lo que hace al futbol, el bueno de Saprissa para seguir disfrutando de este deporte se apuntó al equipo de la Escuela de Arquitectura, equipo formativo como muchos otros, del RCD Espanyol, que siguiendo su origen universitario se nutría de jóvenes estudiantes. Su juego no pasó inadvertido para el conjunto blanquiazul, que lo incorporó a sus filas en 1922.

En la entidad blanquiazul empezó jugando de interior derecho, pero no tardaron en retrasarle como lateral derecho, donde rindió a un nivel excelente. En el Espanyol ya militaba el divino Ricardo Zamora, con el que rápidamente entabló una profunda amistad, y ambos vivieron en primera persona la inauguración del emblemático estadio de Sarriá en febrero de 1923.

Saprissa en una foto de estudio hecha en Las Palmas en 1925

BATALLA EN LES CORTS

Saprissa era un defensa contundente, pero con una extraordinaria nobleza, de hecho, jamás fue expulsado pese a su demarcación. Todo un gentleman dentro y fuera del campo. Sin embargo, sabía ser duro si la ocasión lo requería. Así, en un partido de máxima rivalidad ante el Barcelona, el 23/11/1924, cargó con tanta fuerza contra Paulino Alcántara, que éste cayó al suelo de forma violenta, quedando conmocionado y con un maxilar roto.  La acción, no obstante, estaba permitida por el reglamento.

Aquel lance del juego sacó de sus casillas a los jugadores del Barcelona: Samitier fue expulsado por agredir a un rival, Caicedo, y el encuentro fue suspendido por las constantes tánganas y el incesante lanzamiento de monedas del público de Les Corts, hecho que pasó a la historia este derbi como el de “la Calderilla”. El árbitro Pelayo Serrano a la retirada hacia los vestuarios, al ver que la ira del público no cesaba, lanzando todo tipo de objetos, decidió suspender el partido.

FC Barcelona: Plattko, Walter, Planas, Bosch, Sancho, Carulla, Piera, Marti, Samitier, Alcantara, Sagi-Barba.

RCD ESPANYOL: Zamora, Saprissa, Canals, Trabal, Pelao, Caicedo, Olariaga, Sanahuja, Zabala, Mauri, Colls.

Goles: No hubo.

Árbitro: Pelayo Serrano, vizcaíno. Expulsó a Samitier por parte del Barcelona.

Incidencias: Partido celebrado el 23/11/1924 en el Estadio de Les Corts, correspondiente al Campeonato de Catalunya. El partido se tuvo que suspender en el descanso, debido al incesante lanzamiento de objetos del público hacia el colegiado vasco.

Tangana entre pericos y culés, en un derbi que hubo de todo

Esta polémica, no hizo más que agriar aún más las tirantes relaciones entre Barcelona y Espanyol, ya que ambos clubes se culpaban de dichos incidentes a traves de comunicados de prensa. La Federación Catalana, finalmente decidió que se repitiera el encuentro desde un inicio en Les Corts, pero a puerta cerrada. Tal evento, disputado el 15 de enero de 1925,  fue toda una novedad, ver un derbi de la máxima sin público.

El Espanyol se llevó el gato al agua, gracias a un gran gol de Zabala en el minuto 41 de la primera mitad. Los azulgranas, lo intentaron en la reanudación, pero toparon con el siempre inspirado Ricardo Zamora. Cabe mencionar, que en esta repitición del choque, el salvadoreño Saprissa no jugó. Pese a esta gran victoria, finalmente el Espanyol no pudo alzarse con el Campeonato y fue a parar a las vitrinas del Barcelona.

FC Barcelona: Plattko,. Planas, Walter, Torralba, Piera, Carulla Vinyals, Bosch, Samitier, Arnau y Sagi-Barba.

RCD ESPANYOL: Zamora, Mas, Canals, Trabal, Pelaó, Caicedo, Olariaga, Llauger, Zabala, Mauri y Colls.

Goles: 0-1: Minuto 41, Zabala.

Árbitro: José Llovera, catalán.

Incidencias: Partido celebrado el 15/01/1925 en el Estadio de Les Corts, a puerta cerrada, debido a los graves incidentes ocurridos dos meses antes. Hubo grandes medidas de seguridad. Afortunadamente, todo transcurrió con normalidad.

Los jugadores del Espanyol posando en un campo de Les Corts vacio. Saprissa presente en la foto (primero por la derecha), pero de paisano al no poder jugar.

Todo eso no hizo sino aumentar más su popularidad, que fue ganando enteros, y así lo reflejaba la prensa: “Hasta tal punto ha llegado a ser hombre del día el ya popularísimo Saprissa, que su paso por nuestras calles interrumpe el tránsito de vehículos y obliga a los guardias a disolver a los grupos de curiosos que se arremolinan al paso del precipitado jugador”. A pesar de su enorme y merecida popularidad, el legendario Saprissa pasó casi toda su carrera blanquiazul sin cobrar un céntimo del club en sus nueve años como periquito, demostrando su gran estima por la entidad y por el futbol.

A pesar, de su devoción por el futbol, el salvadoreño no dejaba de lado su otra pasión el tenis, como demuestra que durante su estancia en el club espanyolista consiguió torneos de prestigio en el tenis en Paris, Bélgica o Alemania. O fue nombrado como miembro honorífico del Club de Tenis de Buenos Aires de Argentina, aprovechando una de las famosas giras del Espanyol por América, para obtener dinero para financiar la Tribuna de Sarrià.

El Espanyol en la gira americana contra el Huracán argentino. El del círculo es don Ricardo Saprissa

CAMPEÓN DE ESPAÑA Y DE CATALUNYA

La temporada 1928/29, en el Espanyol estuvo marcada por los éxitos deportivos, ya que el cuadro blanquiazul ganó de manera insultante tanto el Campeonato de Catalunya como la Copa de España. En el torneo local, destacar las dos victorias frente al Barcelona, primero en Les Corts y en la segunda vuelta en Sarrià, donde los espanyolistas ganaron matemáticamente el Campeonato. Aunque, seguramente la victoria más dulce fue la que se produje en Les Corts y sin la presencia de Zamora!!! El equipo de Greenwell, demostró una eficacia y una sólidez en la cancha barcelonista que desarmó a los azulgranas desde un primer momento, destacando sobretodo la retaguardia, con Solà, Trabal y Ricardo Saprissa, que se mostraron infalibles a lo largo de todo el encuentro.

FC Barcelona: Uriach, Walter, Mas, Marti, Guzman, Carulla, Piera, Sastre, Arocha, Parera, Sagi-Barba.

RCD ESPANYOL: Sola, Saprissa, Portas, Trabal, Sole, Tena I, Ventolra, Broto, Tena II, Padrón, Bosch.

Goles: 0-1: Padrón. 0-2: Broto.

Árbitro: Ramón Melcón, madrileño.

Incidencias: Partido disputado el 21/10/1928 en el Estadio de Les Corts. Correspondiente a la cuarta jornada del Campeonato de Catalunya. Ricardo Zamora no pudo disputar el partido por el fallecimiento de su hermano. El Estadio barcelonista tuvo un sobreaforo, que afortunadamente no tuvo trágicas consecuencias.

Tena I ante el guardameta Uriach, Bosch y Padrón atentos al juego

Si el Campeonato de Catalunya fue una enorme alegria para el espanyolismo, el 03 de febrero de 1929 el Espanyol culminó una campaña mágica al ganar la Copa de España frente al R. Madrid. Però, antes de disputar la Final, el Espanyol eliminó al Sporting de Gijón, Arenas de Guetxo, Atlético de Madrid y Barcelona. En la final, el R. Madrid partía como favorito ante un equipo que tenía las sensibles bajas de Portas, lesionado, y Tena I, sancionado.

Saprissa contempla como Zamora ataja el balón en la Final de Copa

El campo de Mestalla estaba impracticable por culpa de las lluvias torrenciales que habían caído en Valencia. Se rumoreaba con la suspensión, pero las autoridades querían disputar el choque a toda costa. El Espanyol ganó 2-1, pese a que acabó con ocho futbolistas, por nueve del Madrid, en un partido plagado de expulsiones. ¿Adivinan a quién destacaba la crónica del periódico El Imparcial de Madrid? “Los ataques de los madrileños son tan incesantes como inútiles: unas veces por causa del agua; otras por la excelente labor defensiva de Saprissa y Solé”. Años después, el zaguero comentaba que “fue inolvidable, por el resultado y las condiciones en que jugamos, bajo la lluvia, en el barro, con agua hasta el tobillo y una tensión de nervios formidable”.

El equipo campeón de España, con Saprissa en la formación blanquiazul a la derecha de Ricardo Zamora.

Saprissa tuvo el honor de disputar el primer campeonato de Liga de la historia (1929), aunque no pudo ser alineado en el partido inaugural contra el Real Unión por culpa de una lesión de rodilla. Una anécdota relata a la perfección su enorme fortaleza física, que no estaba reñida con su señorío. “Una vez, un defensor de otro equipo se lanzó para detenerme; di varias vueltas en el suelo y los aficionados empezaron a gritar. Yo me levanté sin un solo raspón y le estreché la mano a ese jugador mientras le decía: Te felicito porque esa falta era como para matarme, pero lo único que consiguió fue frenar el ataque de mi equipo”.

Su debut en el campeonato liguero fue en San Mamés, en un partido para olvidar y humillante para el conjunto blanquiazul, ya que cayó aplastado por 9 a 0!!! Cierto que los blanquiazules jugaron con varios reservas y que también tuvo que jugar la segunda mitad con inferioridad numérica por la lesión de Sola, se fracturó una costilla. Saprissa, aunque resulte difícil, estuvo correcto, pero obviamente nunca fue secundado por sus compañeros. Esta derrota ha sido hasta la fecha, la más abultada de la historia en el Campeonato de Liga.

Athletic de Bilbao: Blasco, Larracoechea, Castellanos, Garizurrieta, Legarreta, Roberto, Lafuente, Carmelo, Unamuno, Calero y Graciano.

RCD ESPANYOL: Sola, Saprissa, González, Trabal, Sole, Tena I, Prat, Gallart, Oramas, Altés y Juvé.

Goles: 1-0: Min. 18, Carmelo. 2-0: Minuto 32, Carmelo. 3-0, Minuto 39, Lafuente. 4-0: Minuto 49, Calero. 5-0: Minuto 58, Lafuente. 6-0: Minuto 70, Carmelo. 7-0: Minuto 75, Unamuno. 8-0: Minuto 81, Lafuente (penalti). 9-0: Minuto 86, Calero.

Árbitro: Pedro Escartín, madrileño.

Incidencias: Partido disputado el 17/02/1929 en el Estadio de San Mamés. El Espanyol presentó un equipo de circunstancias, hecho que molestó a la afición local. El portero espanyolista Sola tuvo que marchar lesionado y le sustituyó Trabal en la portería.

Saprissa abrazándose a su buen amigo Zamora

A pesar de su brillante carrera deportiva, su negocio no le funcionaba tan bien, hecho que provocó que tuviera que pedir una remuneración para poder jugar a fútbol, algo que los directivos ‘pericos’ aceptaron de muy buen grado, pues anteriormente había pagado hasta el sueldo de los empleados del club. Fue sólo un corto período en un carrera desarrollada en al más absoluto amateurismo.

Trabajaba más de ocho horas al día y aprovechaba los mediodías para jugar a tenis. Los miércoles entrenaba con el Espanyol y los domingos defendía los colores blanquiazules hasta la extenuación. Sin duda, eran otros tiempos, pues no era de extrañar que sus múltiples actividades lastimaran sus rodillas, pero con un par de vendas bien ajustadas, volvía a ejercitarse sin problemas.

Saprissa también fue un gran jugador de hoquei hierba

FUNDA LA PEÑA SAPRISSA

En 1930, la marcha de su amigo Ricardo Zamora al R. Madrid le catapultó a la capitanía del equipo, pero a banda de este podemos calificarlo de anecdótico, lo más reseñable es que el bueno de Ricardo apadrinó la creación de la Peña Saprissa, organización que fue vivero de jóvenes promesas blanquiazules que posteriormente tantas alegrías dieron al club espanyolista como Martorell, Teruel, Pérez, Llimós, Trias o hasta el propio Manuel Meler, llegó a formar parte de esta cantera espanyolista tutelada por el técnico vasco Gamito “Pasabalón” y financiada por Ricardo Saprissa. De hecho, su repentina marcha a su país natal, no impidió que Saprissa siguiera enviando dinero para costear gastos de la Peña Espanyolista, todo un ejemplo de cariñó hacia nuestra entidad.

Gamito Pasabalón junto a Albert Martorell

ADIÓS AL ESPANYOL, HOLA COSTA RICA

Tal era el reconocimiento hacia el bravo deportista catalán, de orígen salvadoreño, que todas las instituciones deportivas llevaron a cabo un homenaje para el jugador. Dicho homenaje se fraguó en los despachos del RCD Espanyol, con la colaboración incondicional de sus otros clubes deportivos, ya fueran de hockey o tennis.

Ni qué decir tiene que todos los reunidos, tratándose de quien se trataba, no solo ofrecieron toda clase de facilidades, sino que aportaron cuantas iniciativas se les sugirieron a fin de lograr la mayor brillantez para este homenaje que se debió al íntegro y verdadero “sportman”.

Programa de Homenaje a Ricardo Saprissa

 El partido de futbol que sirvió como homenaje a Saprissa, se celebró en Sarrià, el 08 de febrero de 1931, frente al Real Madrid de Zamora correspondiente a la décima jornada del Campeonato de Liga. El Estadio estaba a reventar, para aplaudir calurosamente al ídolo de San Salvador. Sinceramente y a buen seguro, habrán sido de los Espanyol-R. Madrid donde el resultado era lo más instrascendente, por cierto empataron a un gol.

RCD ESPANYOL: Aznar; Saprissa, Moline, Trabal, Solé, Pausas, Prat, Besolí, Edelmiro, Tena II, Juve.

  

R. Madrid: Zamora; Quesada, Morera, Leoncito, Esparza, J.M. Peña, Lazcano, Eugenio, Gurruchaga, Cosme, Urretavizcaya.

Goles: 1-0: Minuto 35, Edelmiro. 1-1: minuto 50, Lazcano.

Árbitro: Ostalé, aragonés.

Incidencias: Partido celebrado el 08/01/1931 en el Estadio de Sarriá, donde se vivió un lleno absoluto. Dicho partido del campeonato de Liga, sirvió para homenajear al jugador espanyolista don Ricardo Saprissa.

 

Saprissa posando con sus rivales y amigos de tenis en la competición de dobles, en el día de su homenaje, junto a él, Maler, Sindreu y Juanico. Como siempre, defendió al Pompeya.

La llamada de su hermano Rogelio desde Costa Rica, para que ayudase a la creación de un negocio textil en San José, aprovechando sus conocimientos adquiridos en Barcelona. Esta situación hizo que el bravo defensa disputara su último partido el 17 de enero de 1932 frente el Athletic de Bilbao, con victoria blanquiazul por 1 a 0. Era un auténtico ídolo y referente, por lo que fue nombrado incluso presidente honorario del club barcelonés.

RCD ESPANYOL: Florenza, Saprissa, Moline, Cristià, Layola, Pausas, Prat, Solé, Edelmiro, Redó, Juve.

Athletic de Bilbao: Blasco, Urquizu, Castellanos, Petreñas, Muguerza, Roberto, Iraragorri, Lafuente, Bata, Uribe y Gorostiza.

Goles: 1-0: Min. 5, Prat.

Árbitro: Orduña, valenciano.

Incidencias: Partido disputado el 17/01/1932 en el Estadio de Sarriá, correspondiente a la séptima jornada del Campeonato de Liga. Del Espanyol se despedía un mito como Ricardo Saprissa, que volvía a América. No cabe decir, que dicha pérdida, fue un duro golpe para la entidad.

Saprissa en su último partido como espanyolista

PRESIDENTE HONORARIO DEL ESPANYOL

Ya en Costa Rica, don Ricardo Saprissa se enteraría de que la Asamblea de Socios del Espanyol había tomado la decisión, por aclamación, de nombrarlo presidente honorario de la entidad y de colocar una placa en Sarrià, recordando dicha efeméride.

El 21 de agosto de 1932, esta decisión fue publicada tanto por la Gaceta Deportiva como en el Mundo Deportivo y rezaba así: «El acuerdo más interesante de la Asamblea, fue el nombrar, por aclamación, Presidente honorario del Club, al ex jugador del mismo, Ricardo Saprissa, el cual, reside actualmente en Costa Rica. También se acordó colocar una artística placa en el terreno de juego, recordando este acuerdo, para lo cual, los socios contribuirán, voluntariamente, con la cuota de una peseta y de no recaudarse la cantidad necesaria, la Junta Directiva la completaría«.

Se da la circunstancia, que dicho nombramiento jamás fue revocado, por lo que Saprissa fue presidente de honor del club desde 1932 hasta que se produjo su fallecimiento en 1990. Un merecido reconocimiento que fue  prácticamente inadvertido por el club y aficionados debido a la destrucción de libros de actas durante la Guerra Civil y por el descuido del club con su propia historia.

Retrato de Saprissa en las oficinas del RCD Espanyol

SU AÑORANZA POR BARCELONA Y POR EL ESPANYOL

En una de las visitas que hacía Don Ricardo a la Ciudad Condal, concedió una entrevista al Mundo Deportivo, tras presenciar el partido de Copa entre el Espanyol y el Zaragoza en Sarrià en mayo de 1933. Se especulaba que Saprissa venía para colocar a jugadores costarricenses al club blanquiazul, pero nada de lo dicho tenía fundamento contestó Ricardo a dichos rumores. «He venido solo y con el deseo de ver otra vez Barcelona. No puedes figurarte lo que me acordaba de esto».

—Hay elementos aprovechables en Costa Rica?

—Lo mejor era Morera. El Espanyol me dio poderes para traer aquí a dicho jugador. Por mi parte hice cuanto pude, pero según me han dicho intervino un periodista cubano, al que conoció Morera en el viaje, y éste le hizo ingresar en el Barcelona.

—Tiene buena impresiones del jugador?

—Excelentes. Es rápido, codicioso, pero tiene que adaptarse al juego de aquí. En Costa Rica, el fútbol se practica a base de rapidez y forzosamente habrá de extrañar a Morera nuestro juego. No comprendo como el Barcelona lo ha fichado tan fácilmente, sin saber quién era y que lo alinee en el primer equipo esperando de él grandes cosas, Quizá le habría convenido antes jugar en el reserva algunos partidos, como de preparación.

—Nos dijo Morera que has sido entrenador del equipo nacional de Costa Rica.

—Lo he sido, ciertamente, Pero el fútbol costarricense es de poca importancia. Allí juegan todos los clubes de primera categoría en un mismo terreno. Yo jugaba en el “Orión”, pero a lo mejor se pasan los jugadores veinte días o más sin actuar.

—Ha vuelto para quedarse definitivamente?

—No sé. Si puedo arreglar aquí mis asuntos me quedaré. Si no hallo el medio de organizar mis cosas… regresaré a Costa Rica.

Nunca olvidaría su paso por el Espanyol

Pese marcharse a Costa Rica, el salvadoreño no dudaba ir todos los veranos a Barcelona, pero la Guerra Civil española le convencieron de que su futuro estaba definitivamente en Costa Rica. Siguió muy vinculado al fútbol como seleccionador costarricense y rápidamente se ganó el favor de su nuevo país. En 1935 fundó el Saprissa FC, como escuela de fútbol y asociado a las categorías inferiores del Orión, y en 1948 nació el Deportivo Saprissa FC, ya como club independiente que acabó convirtiéndose en uno de los grandes del país. 

Su popularidad alcanzó cotas inimaginables en el país centroamericano, como demuestra esta graciosa anécdota: Una noche dejó su coche encendido y abierto, lo que aprovechó alguien para robarlo. Cuando la prensa publicó que habían robado el auto de Saprissa, éste apareció con una nota en el asiento: “Perdone don Ricardo, no sabía que fuera suyo”. En 1972 fue inaugurado el estadio Ricardo Saprissa Aymá, a imagen y semejanza del añorado Sarrià.

FUNDA EL DEPORTIVO SAPRISSA

Sin proponérselo quizás no de manera consciente, al fundar el Deportivo Saprissa, Don Ricardo se convirtió en el creador de una de las escuelas futbolísticas costarricense de mayor envergadura, a lo largo de la historia del futbol de ese país. Tal vez lo desconocía; ni siquiera lo imaginaba, pero cuando Ricardo Saprissa Aymá llegó a Costa Rica, una leyenda estaba a punto de gestarse. Por aquel lejano 1932, por la mente de este brillante futbolista del futbol del RCD Espanyol, no pasaba por convertirse en el dirigente más visionario del fútbol costarricense.

Pero el destino quiso atar a este caballero, de origen salvadoreño y criado en Barcelona, a Costa Rica, donde dejaría un maravilloso legado que hoy sobrevive con más fuerza que nunca. Don Ricardo llegó a nuestro país el 19 de febrero de 1932. “Su llegada al país es el acontecimiento social y deportivo del año. Aunque las razones que origina su llegada son propiamente de índole comercial y familiar, su historial como deportista no pasa por alto a nuestros dirigentes deportivos”, relata José Antonio Pastor en su libro “Historia del Deportivo Saprissa”.

Su prestigio era tan grande que clubes como l´Alajuelense, la Gimnástica, el Cartaginés, e incluso la Federación de Ajedrez, deporte dónde también era un maestro, lo declararon presidente de honor al conocer su gran valía deportiva. Pese su promesa de fidelidad exclusiva hacia el Espanyol, a Saprissa le pudo su amor por el futbol y firmó por el Orión, un equipo que curiosamente vestía de color azulgrana, un club relativamente joven que se daba de tú a tú con Libertad y Gimnástica, los clubes grandes de la capital. Su aventura con la “constelación” fue breve y dio paso a su faceta, primero como jugador del béisbol y luego como dirigente de la Federación de Fútbol. Fue entrenador nacional y consiguió la medalla de plata de los Juegos Olímpicos Centroamericanos.

Don Roberto “Beto” Fernández, un humilde zapatero del barrio Los Ángeles, decide formar un equipo representativo. Sin uniformes, ni nombre, este equipo se convertiría posteriormente en la institución deportiva más grande de Costa Rica. “El lunes 15 de julio de aquel año (1935) se reunieron en la zapatería donde trabajaba Beto, propiedad del señor Fausto Leiva, los miembros del equipo. La reunión era para decidir el nombre de guerra que tendría el cuadro”, reseña José Pastor.

El estadio del Deportivo Saprissa se llama Ricardo Saprissa Aymá

El nombre que surgió fue el de Saprissa F.C. Don Ricardo no lo dudó ni un momento, según recuerda Pastor en su libro. “Don Beto Fernández me entusiasmó con la idea de patrocinar un equipo que estaba bajo su cargo. Yo medité sobre el hecho de que en Barcelona había una peña que se llamaba Peña Saprissa y acepté porque era un halago para mí, además sería todo un entretenimiento”.

Inauguración del Estadio Ricardo Saprissa

EL DEPORTIVO SAPRISSA: REY DE COSTA RICA

Saprissa comenzó a convertirse en una pasión. Todos los niños de aquella época estaban obsesionados con jugar para aquel equipo que maravillaba con su juego en las diferentes plazas públicas de la capital. Además, el corazón de don Ricardo hacía del grupo algo especial, por su paternalismo y bondad. “En esa época no había mucho entretenimiento en San José, por lo que el fútbol representaba una gran diversión para los chiquillos y todos aspiraban a jugar con Saprissa, porque don Ricardo siempre fue como un padre para ellos”, explica don Enrique Weisleder, expresidente del club y amigo cercano de Saprissa.

Por aquella época, el club tuvo su primer local cerca del parque Morazán. Ahí había mesas de billar y ping pong, y los jugadores del Saprissa podían ir al club a entretenerse. “Además, don Ricardo les daba premios cada semana en forma de cupones que los convertía en dinero a fin de año”, recuerda Weisleder. Como el dirigente era de los pocos que tenía automóvil en ese tiempo, acostumbraba a llevar a los jugadores de paseo a sus fincas los fines de semana, una en el pacífico y otra en Limón. “Ya en la primera división, a los jugadores que trabajaban se les compensaba económicamente lo que duraban para ir a entrenar y los días de entrenamiento, como los jugadores no tenían tiempo para ir a almorzar, había emparedados y colas como parte de su alimentación”, recuerda don Enrique. Tras alcanzarlo todo como dirigente y permanecer en la presidencia del club costarricense, el 9 de enero de 1981 dejó la presidencia de la entidad que llevaba su nombre.

Busto de Don Ricardo en el Estadio del Saprissa

El Deportivo Saprissa, conocido como el «Monstruo» Saprissa por ser considerado el club más importante de la CONCACAF, poseyendo el récord actual de ser el único equipo de su país en ganar 6 campeonatos consecutivos, hazaña hasta ahora no alcanzada por ningún otro equipo de la Liga costarricense de fútbol. También es el equipo con más cantidad de campeonatos nacionales con un total de 28, siendo el actual Pentacampeón del fútbol costarricense. Ademas , el logro de haber conquistado el 3 lugar en el mundial de clubes. celebrado en Japon, en diciembre del 2005.

Ricardo homenajeado por el club que fundó

A banda de esta vertiente deportiva, llevó a cabo su propia idea del fútbol y de la vida, mucho más elevada: la formación integral de la persona en forma de conducir al niño hacia el estudio, tutelando estos niños sin recursos y asumiendo el coste de su formación educativa. Pese a sus buenos propósitos, la realidad sociocultural del país en esa época hizo que se inclinara finalmente por facilitarles el acceso al mundo laboral, en su fábrica de San José o en la cooperativa Ricardo Saprissa & Cía. fundada el 1942, que fue una propuesta innovadora a la zona por tal de ofrecer una alternativa organizativa democrática del trabajo.

El 16 de agosto de 1990 don Ricardo Saprissa falleció o mejor dicho nos dejó “solo físicamente, pues su estela como jugador, entrenador y dirigente es eterna; sobre todo, cada vez que alguien grite un gol de su obra magna: el Deportivo Saprissa”, como brillantemente escribió el periodista costarricense Arnoldo Rivera.

Ante todo, Ricardo Saprissa era un hombre dotado para el deporte y un correcto caballero. Un auténtico mito para el Espanyol junto a otro Ricardo, el gran Zamora. Digamos, además, que Saprissa fue un jugador que sumó muchas amistades y que creó entre sus compañeros un clima de amistad formidable.

RECONOCIMIENTO A SU FIGURA

En 2010, el periodista y escritor costarricense, José Antonio Pastor publicó en su país natal un libro sobre la biografía de Ricardo Saprissa, titulado «Ricardo Saprissa: El campeón total«. El periodista que tuvo la fortuna de conocer en persona en los años ’80 a Saprissa, le cautivó tanto su figura que se convirtió al espanyolismo y decidió publicar su biografía, la cual demostraba las innumerables cualidades tanto deportivas como humanas del gran Ricardo Saprissa. Este libro fue nº1 en ventas durante siete semanas consecutivas en el país centroamericano.

 

Libro sobre la vida de Don Ricardo Saprissa

Esta circunstancia, llamó poderosamente la atención en Barcelona y al mundo del espanyolismo, ya que la mayoría desconocía la gran trascendencia que tuvo el salvadoreño en Costa Rica. Esta circunstancia, conllevó que un año más tarde el propio José Antonio Pastor junto al gran coleccionista e historiador perico, Jordi Puyaltó, se animaran a realizar una segunda edición esta vez publicada en Barcelona, titulada: «Ricardo Saprissa: Una vida de leyenda«.

ESTADISTICAS DE RICARDO SAPRISSA

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Bibliografía: Xavier Boró, Don Balón, Mundo Deportivo, LFP, web oficial Club Deportivo Saprissa, Libro Ricardo Saprissa, el campeón total, una biografía publicada en Costa Rica y Libro Ricardo Saprissa, una vida de leyenda realizada por Jordi Puyaltó y José Antonio Pastor.

Fotos: Libros historia RCD Espanyol, Mundo Deportivo, web oficial Club Deportivo Saprissa y Libro Ricardo Saprissa, una vida de leyenda realizada por Jordi Puyaltó y José Antonio Pastor.

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