JOSÉ MANUEL CASANOVA CAPDEVILA

Centrocampista llegado en el año 1975 procedente del Sant Andreu de la segunda división, club que en los años ‘70 mantenía una estrecha colaboración con la entidad blanquiazul. A José Manuel, como se le conocía futbolísticamente, no le faltaron las ofertas: Tuvo siete encima de la mesa, cinco de primera división, la más interesante económicamente era la del Celta de Vigo, pero el centrocampista barcelonés se decantó por la espanyolista, donde firmó por cuatro años. Anteriormente del Sant Andreu, también jugó en el Sabadell, Terrassa y Jupiter.

Pese a la gran calidad que había en la zona media de la plantilla periquita, José Manuel, fue ganándose la confianza del técnico Santamaría, sobre todo a partir del segundo año, donde el medio barcelonés se hizo habitual en los onces blanquiazules. Poseía buena técnica y una excelente visión de juego. Lamentablemente las lesiones marcaron su trayectoria en el Espanyol. En su última temporada se la pasó en la enfermería por su maltrecha rodilla, hecho que al final de la misma decidió colgar las botas.

Tras retirarse de la práctica del futbol profesional, cogió las riendas de la Agrupación de Veteranos del Club y tras cuatro años como presidente, dio el salto al organigrama del futbol base espanyolista, cuando Xabier Azkargorta era el entrenador. Permaneció 4 años en el futbol base, donde logró 2 campeonatos de Catalunya y semifinalista del Campeonato de España como entrenador del Infantil A y también dirigió al Juvenil B, donde dejó su cargo. Fue en febrero de 1988, debido a García Andoain, que era quien  coordinaba el futbol base. Dicha dimisión y salida del club, según José Manuel, fue por qué no consentía que se entrometieran en su labor constantemente como técnico del Juvenil B. Tras su traumática marcha pero breve, ya que volvió al Espanyol de la mano de Julio Pardo y Solsona dos años y medio más tarde, estuvo entrenando a distintos equipos, entre otros, a la selección catalana infantil.

En su vuelta en la entidad periquita, en su primer año combinó la coordinación del futbol base con las tareas de segundo entrenador del primer equipo, dirigido por Luis Aragonés. Fueron tiempos muy difíciles en el futbol base, ya que había perdido mucho potencial y el Espanyol no era ninguna referencia en el futbol de cantera.

El legado de Casanova en el Espanyol es inolvidable. Levantó una gran infraestructura de la nada. Con su liderazgo, se pasó de entrenar en Valle de Hebrón y Trajana a disponer de la Ciudad Deportiva Daniel Jarque, situada a Sant Adrià del Besòs. Evidentemente, todo esto supuso un coste y la etapa de Josep Manel también estuvo marcada por las altas comisiones y la fuerte inversión en futbolistas. La captación se llevaba a cabo a nivel estatal y había jóvenes promesas con fichas desorbitadas, pero el esfuerzo en su global fue muy positivo. Una etapa gloriosa, en definitiva, para el club tanto en resultados como en formación. Los Lardín, Tamudo, Sergio, Coro o el recordado Daniel Jarque, entre muchos otros, lo avalan.

Durante esta etapa, también pudo saborear el ser segundo entrenador del primer equipo con Paco Flores en 2 etapas, donde lograron salvar al equipo del descenso en la primera y en la segunda, ganaron la Copa del Rey, tras 60 años de sequía de títulos en el club. También estuvo como segundo de Ramon Moya en el primer equipo.

Incomprensiblemente en verano de 2009, desde el club, se le hizo una campaña de descrédito, encabezada por el consejero del área deportiva, Germán de la Cruz y el responsable del Futbol Base, Antonio Morales. Eso le conllevó a estar más de un año en el total ostracismo, para finalmente marchar del club de manera totalmente inmerecida por la puerta de atrás. Actualmente está como coordinador del Málaga C.F.

PARTIDOS DE LIGA

Éxito y Casanova fueron sinónimos en el Espanyol