TAMUDAZO O EL DÍA QUE BORRAMOS LA SONRISA AL GIGANTE PREPOTENTE
Si el dicho que la venganza se sirve en un plato frío, tuviera forma de partido, este sería el “Tamudazo”. El Espanyol se vengó de la manera más cruel posible, que ni George R.R. Martin podría igualar en sus libros de Juego de Tronos, de lo sufrido en la misma jornada y mismo escenario, un año antes. Cuando los azulgranas, con la Liga ganada y nada en juego, no solo no mostraron ni pizca de compasión por la situación delicada que vivían los blanquiazules, sino que hicieron escarnio de las miserias pericas. Afortunadamente, el Espanyol pudo salvarse de manera milagrosa con el gol de Coro, una semana después, pero el susto y ese partido en el Camp Nou, a los jugadores se les quedó grabado a fuego en la retina.
Tamudo y Puyol, los dos capitanes frente a frente
Y solo una temporada después, el destino quiso que el Espanyol tuviera que visitar el Camp Nou, de nuevo en la misma jornada. Pero esta vez, los blanquiazules no tenían nada en juego y el Barcelona todo lo contrario. Los azulgranas se disputaban el título con el Real Madrid, y también, con el Sevilla, éstos a dos puntos de ambos.
La jornada se presentaba propicia para que el Barcelona tomara ventaja, ya que recibía a un Espanyol sin aspiraciones y el Madrid viajaba a Zaragoza, en plena lucha para meterse en Europa. La verdad, es que en Barcelona se hablaba, como es habitual, más del trato arbitral que recibía el Madrid, que del Espanyol, al cual lo consideraban un mero sparring sin opciones de plantar cara, como solía pasar en los duelos en el Camp Nou.
Sorprendentemente el Espanyol salió con mucho aplomo, con la intención de dejar un recuerdo a sus vecinos por agravios anteriores. Los de Valverde, dejaban a las claras que si el Barcelona quería llevarse la victoria tendría que sudar la gota gorda. Pese que el Barcelona tenía la pelota, el Espanyol tenía el control del partido, con un De la Peña ejerciendo como director de orquesta y con Tamudo de ejecutor. El 23 perico ya había avisado a la puerta azulgrana un par de veces y en la tercera no falló. De la Peña dirigió una contra de manera magistral, hizo una pausa, como solo él sabía hacer, para descifrar el mejor pase y mandó un balón exquisito para que Tamudo con un chut certero batiese a Valdés por toda la escuadra.
Instantánea del primer gol de Tamudo
El Barça, obligado a reaccionar, lo hizo en la recta final del primer tiempo, gracias a un escandaloso gol con la mano de Messi, que de manera incomprensible no apreció el colegiado Rodríguez Santiago ni sus auxiliares. El error arbitral ante la trampa del delantero azulgrana, indignó al Espanyol, que protestó de manera airada, pero estéril, la incomprensible decisión arbitral. Incluso, los blanquiazules hicieron un pequeño amago de no querer seguir el partido, negándose a sacar de centro, aunque la cosa no fue a mayores.
La clamorosa mano de Messi
En la reanudación, el Espanyol no era el mismo que asombró en la primera mitad y desde el primer instante los azulgranas, oliendo la sangre, se fueron lanzados a por el segundo para dejar cuanto antes resuelto lo suyo para atender en la distancia lo que sucedía en La Romareda. Y esta vez de manera legal, Messi apareció para mandar a las redes un pase de Deco.
La alegría era completa en can Barça, ya que las noticias que llegaban desde Zaragoza eran inmejorables. El Madrid perdía y la Liga parecía ser suya. El Barça quería que todo acabase así y el partido se le hizo largo, muy largo. El Espanyol intentó de manera tímida encontrar la portería de Valdés, pero De la Peña ya no encontraba los espacios de la primera mitad y la sensación de peligro apenas se apreciaba.
Pero el futbol es caprichoso y en la recta final del encuentro, justo cuando el Madrid lograba empatar a 2 en Zaragoza. Un pase en profundidad de Rufete al último desmarque de Tamudo, sirvió para que el ’23’ no perdonara ante la salida desesperada de Víctor Valdés. En apenas 20 segundos, la Liga había dado un vuelco espectacular. El Barcelona no daba crédito a lo que estaba pasando, de la contenida euforia a la decepción más absoluta. Seguramente fue la noche más triste que se ha vivido en el coliseo azulgrana y fue perpetrado por sus más acérrimos rivales, el Espanyol y el Real Madrid, por lo que la herida era más profunda, si cabe. Por el contrario, la felicidad espanyolista era manifiesta al arrebatar de la manera más cruel posible a su máximo rival, una Liga que ya saboreaba. Esta vez sí, David pudo con el gigante Goliat. Tamudazo, o como borrarle la sonrisa al gigante prepotente.
Aquí nace el llamado «Tamudazo»
En los túneles de vestuario ante el silencio sepulcral de todos los presentes por lo ocurrido esa noche, destacaban los gritos de jolgorio de la expedición blanquiazul que se tomó cumplida revancha de lo sucedido un año antes. Esa noche pasó a la historia de los derbis, ya que unos y otros jamás olvidarían ese suceso, difícilmente repetible.
La alegría blanquiazul tras el empate a dos
FC Barcelona: Valdés; Zambrotta, Puyol, Thuram, Gio (Oleguer, min. 46); Xavi, Iniesta, Deco; Gudjohnsen (Motta, min. 77), Eto’o y Messi.
RCD ESPANYOL: Kameni; Lacruz, Jarque, Torrejón, Chica; Moisés (Angel, min. 62), De la Peña; Coro (Jonatas, min. 64), Luis García, Riera (Rufete, min. 40); y Tamudo.
Goles: 0-1, min. 30: Tamudo. 1-1, min. 43: Messi. 2-1, min. 57: Messi. 2-2, min. 90: Tamudo.
Arbitro: Rodríguez Santiago (C. Castellano-leonés). Amonestó a Gio (min. 39) y Deco (min. 51) por parte del FC Barcelona y a De la Peña (min. 34), Luis García (min. 44), Tamudo (min. 45) y Moisés (min. 53) por parte del RCD Espanyol.
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima séptima jornada del campeonato liguero, disputado en el Camp Nou ante más de 90 mil personas, lleno total. En el palco se encontraban todas las autoridades políticas de Catalunya. El Barcelona con el empate, decía prácticamente adiós a una Liga que tuvo a la alcance de su mano. Tamudo con sus dos goles superó el record goleador en Liga del club de Rafael Marañón.